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has humillado tu corazon, sino que te has levantado contra el dominador de los Cielos, y has mandado traer los vasos de su casa á tu mesa, y tu, y los grandes de tu corte, y tus mugeres, y tus concubinas habeis bebido vino en ellos, y has honrado á los dioses de oro, y de plata, y de cobre, y de hierro, y de palo, y de piedra, que no ven, ni oyen, ni sienten, y no has glorificado al Dios que tiene en su mano tu aliento y todos tus caminos...

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Por tanto él envió los dedos de una mano que escribió eso, que está ahí grabado, y ésta es la escritura que está ahí dispuesta: Mane, Tecel, Fares. Y ésta es la interpretacion de esas palabras. Mane: Dios ha contado tu reino y le ha terminado. Tecel: has sido pesado en balanza, y encontrado que tienes de menos. Fares: dividido ha sido tu reino y dado á Medos y Pérsas. Entonces por mandado del Rey fue Daniel vestido de púrpura, y rodeado su cuello de un collar de oro, y se publicó que tendría poder el tercero en su reino. En aquella misma noche fue muerto Baltasar, Rey Caldeo. Noche famosa por un banquete magníficamente voluptuoso; por una profanacion sacrílega de los vasos de la casa del Señor; por la aparicion de una mano desconocida que escribe, aterra y sentencia; por la elevacion de Daniel á tercera persona del reino; por el parricidio del Rey Baltasar; por la estincion de la descendencia del gran Nabucodonosor; por la terminacion de la poderosa y antigua monarquía de los Asirios, y por el cumplimiento de la profecía de Jeremías, que habia dicho: que, despues de cautivo Israel, esta monarquía solo duraría tres generaciones, que fueron: Nabucodonosor, su hijo Evilmerodac, y su nieto Baltasar, que muere sin descendencia.

El texto sagrado dice: que en aquella noche misma fue muerto Baltasar Rey Caldeo; pero no dice por quien. Los que llevan que Babilonia fue tomada por Ciro tres años antes de la muerte de Baltasar, y que éste quedó tributario, como hemos dicho, asientan que fue muerto por una tropa de conjurados que le asaltaron y quitaron la vida en aquella noche; y los que dicen, que Babilonia fué tomada por los Medos y Pérsas en la noche de la cena de Baltasar, llevan que fue muerto por los que la tomaron. Acaso unos y otros verran, y Baltasar fue muerto por la justicia divina en cumplimiento de aquel Mane: Dios ha terminado tu reino; pero sea de esto lo que fuere, en cumplimiento del Fares, el reino de Baltasar fue dado á Medos y Pérsas, no aun tiempo y dividido en dos porciones, sino entero y su

cesivamente.

Dario sucede al Rey Baltasar. Darío el Medo, continua el texto sagrado, sucedió (á Baltasar) en el reino (de Babilonia) siendo de sesenta y dos años. Darío era hijo del grande Asuero, Rey de los Pérsas y nieto del valiente Ciajares Rey de los Medos, de modo que por descendencia era Medo, y por nacimiento Pérsa. Su natural era suave y pacífico, y gobernaba su imperio de Pérsia con mucha prudencia. Luego que añadió el de la Caldea, dividió éste en ciento y veinte provincias á la manera que habia recibido aquel, dividido por su padre Asuero en ciento y veintisiete. De este modo uniformaba en lo posible el gobierno de los dos imperios. Puso un sátrapa ó gobernador en cada provincia, y estableció sobre éstos ciento y veinte gobernadores, tres príncipes, siendo uno Daniel. Cuando Darío tomo posesion del nuevo imperio, encontró á Daniel en la altura á que Baltasar le habia elevado algunas horas, ó acaso solo momentos, antes de morir. Se informó del motivo con que habia merecido de su antecesor este premio tan brillante, y conoció lo que valia este hombre extraordinario. Tambien conoció que los Judíos, adoradores del Dios del Cielo, en todas partes eran protegidos por el Dios á quien adoraban; porque nacido y criado en Susa al lado de su padre Asuero, habia sido testigo de todas las maravillas que habia obrado el Señor en favor de Mardoqueo, de Estér y de todos los cauti vos de Pérsia. Habia tratado con la Reina, esposa de su padre, y con el famoso Mardoqueo su primer ministro, y estaría regularmente en relacion con estos dos héroes del pueblo de Dios, al menos con Mardoqueo, en el caso de haber muerto ya la Reina. Todo esto hizo que Darío nombrase á Daniel uno de los tres príncipes que habian de presidir á los ciento y veinte gobernadores de las provincias.

Elevacion de Daniel en el reinado de Darío. Daniel desde luego se aventajó, no solo á todos los gobernadores, sino tambien á todos los príncipes. Era un anciano de mas de ochenta años; se habia empleado en los negocios del imperio casi todo el tiempo desde que Nabucodonosor el Grande cautivó á Israel, y estaba lleno de esperiencia. La penetracion de su entendimiento era grande, sus conocimientos bastos, su tino en el manejo de los negocios extraordinarios... era superior á todos, porque en Daniel, dice el sagrado texto, era mas abundante el espíritu de Dios. En poco tiempo se elevó tanto sobre sus compañeros y tan superior pareció á ellos mismos, que en todas las ocasiones que se ofrecia tratar los negocios delante del Rey, vinieron á ser como los príncipes del tiempo de Job; qué, cuando este hablaba, callaban todos, y ponian el dedo sobre su boca.

Le persigue la envidia. El Rey lo observaba y pensaba establecerle sobre todo el reinos esto es, constituirle segunda persona despues del Rey y darle la primera autoridad, como habia hecho Faraon con José en Egipto; mas los príncipes y los sátrapas no pudieron oir esto sin envidia, y luego se conjuraron contra Daníel y buscaban ocasion de malquistarle con el Rey; pero nada encontraban, porque Daniel erfiel y no se hallaba en él ni culpa, ni sospecha. Entonces dijeron: en vano nos cansamos; no hallarémos en este Daniel ocasion alguna, á no ser en su religion: mas tampoco aqui la encontraban, porque Dario per

mitía á los Judíos practicarla libremente Een ma DE

Caldea como en la Pérsia, y Daniel no Macía otra cosa que cumplir los deberes que

pero

la envidia es un gusano que muerde sin cesar

AES corazon del envidioso y no le deja sosiego hastą destruir el objeto que la causa. Ya en los campos de Dura se habia puesto á prueba la religion de los tres compañeros de Daniel delante de la estátua de Nabucodonosor, y á los envidiosos de entonces, sino les tocaron las llamas del horno, les tocó la confusion y la rábia de ver mas ensalzados á estos tres héroes del pueblo de Dios; mas no importa. No se halla otro medio de aplacar la envidia, y es necesario repetirle. Aquello fue un portento inaudito, decian, y no es regular que haya para Daniel otro semejante. A Nabucodonosor se sugirió la creacion de una estátua, á la que se diese el culto del Dios de Israel, y ahora solo se trata de sugerir á Darío la cesacion de este culto.

Edicto prohibiendo orar á otro que al Rey en treinta dias. En efecto los príncipes y los sátrapas sorprendieron al Rey, hablandole de este modo: ¡O Rey Darío! vive eternamente. Todos los príncipes de tu reino, los magistrados, los gobernadores, los senadores y los jueces son de parecer que salga un decreto imperial mandando: que en el espacio de treinta dias, cualquiera que haga oracion ó dirija ruegos á otro, sea dios ó sea hombre, no siendo á tí, sea arrojado en el lago de los leones. Ahora, pues, ó Rey, accede á su parecer y firma el decreto para que no sea mudado lo una vez establecido por los Medos y Pérsas, ni sea lícito á ninguno traspasarlo. Ninguna cosa mas estravagante é injusta que semejante decreto; sin embargo Darío, mas pagano que fiel, y mas político que religioso, firmó el decreto, condescendiendo

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