hermanos los Israelitas. Batió á esta gente feroz y la obligó á encerrarse en Acrabátane, ciudad fuerte y situada entre montañas. Allí los atacó, y despues de tomarla, hizo en ellos un castigo ejemplar. Concluida esta espedicion, que le costó pocos dias, emprendió otra de efectos mas terribles. Los descendientes de Bean (que se cree fue un poderoso Amorreo) vivian entre la Judea y la Idumea al oriente, y habia tiempo que estaban declarados los mas crueles enemigos de los Judíos, y los mas empeñados en exterminarlos. Les armaban lazos y ponian asechanzas por todas partes, y mataban á cuantos caían en sus manos. Informado é indignado Judas contra estos asesinos, marchó contra ellos. Los persiguió por todas partes y les precisó á encerrarse en sus torres. Les cercó, las puso fuego, y fueron quemados cuantos se habian encerrado en ellas, exterminando asi á los que se ocupaban en exterminar á su pueblo. Da muchas batallas á los Amonitas y al fin los vence y consigue la victoria. Estos primeros golpes de Judas habian puesto sobre las armas á Ios Amonitas, que eran los mas inmediatos á los Banitas que acababa de castigar, aunque mediaba el Jordan. Los Amonitas habian dado bastante que hacer al pueblo de Dios en el tiempo de los Jueces y los Reyes y nunca renunciaron á sus malas intenciones. Ahora que se les habia presentado la ocasion, perseguian á los Judíos, como los demas vecinos. Judas pasó el Jordan con sus tropas sin detenerse; pero halló muy prevenidos á los Amonitas. Tenian un fuerte y numeroso ejército mandado por un buen General, llamado Timoteo, y ya no fue cosa de algunos dias el vencerlos. Les dió muchas batallas en las que siempre llevaron la peor parte, y al fin Timoteo se vió precisado á abandonar el campo y ceder la victoria al Macabeo. Este se aprovechó de su triunfo, tomó la gran ciudad de Gazer y todas las que pendian de ella, y lleno de gloria, volvió á entrar en la Judea para dar descanso á sus tropas. Persecucion de los Galaaditas y carta de los Judíos á Judas pidiendo socorro. No fue éste. muy largo, porque las naciones que habian ocupado á Galaad, provincia considerable al otro lado del Jordan, que perteneció á los Amorreos, y se concedió á la tribu de Gad en la distribucion de la tierra prometida, se reunieron para exterminar á cuantos Israelitas vivian entre ellos. Estos Israelitas eran parte de aquellos que habian sido llevados al cautiverio, y que se habian restablecido en su antigua morada y repoblado en parte la heredad de sus padres. No hallaron estos infelices, perseguidos de muerte, otro partido que tomar, sino el de huir los mas que pudieron y encerrarse en la fortaleza de Dateman para esperar socorro; en ella se fortificaron lo mejor posible, y desde ella escribieron con toda urgencia á Judas y á sus hermanos, dándoles cuenta del apuro en que se hallaban, en los términos siguientes. Se han congregado contra nosotros las gentes del contorno para exterminarnos y se preparan para venir y ocupar la fortaleza en que nos hemos refugiado, y Timoteo es el caudillo de su ejército. Venid, pues, (cuanto antes) á librarnos de sus manos, porque ya muchos de los nuestros han perecido; y todos nuestros hermanos que estaban en las tierras de Tubin han sido pasados á cuchillo, llevándose cautivas sus mugeres é hijos, tomando sus despojos y matando cerca de mil hombres. Mensajeros de los Judíos de la Galilea, piAun estaban leyendo esta carta, y he aqui que llegaron otros mensajeros de la Galilea, rasgados sus vestidos, y trayendo noticias semejantes á las anteriores. Se han coligado, dijeron, contra nosotros los de Tolemaida, Tiro y Sidon, y está llena toda la Galilea para diendo tambien socorro. acabarnos. Cuando Judas y el pueblo oyeron todas estas noticias, se tuvo un gran consejo para pensar que habian de hacer por sus hermanos que se hallaban en gran tribulacion estrechados por aquellas gentes; y despues de haber considerado muy detenidamente la gravedad de la situacion en que se haIlaban estas dos porciones de los hijos de Israel, dijo Judas á su hermano Simon: escoge las tropas que quieras y ve á librar á nuestros hermanos los de Galilea. Nuestro hermano Jonatás y yo iremos contra los Galaaditas; y tomó Simon tres mil hombres escogidos para ir contra la Galilea, y Judas ocho mil para ir contra los de Galaad. El resto de las tropas quedó á las órdenes de José y de Azarías, capitanes del ejército, encargados de gobernar el pueblo y guardar la Judea. Estáos aqui, les dijo Judas al despedirse, y no salgais á pelear con los gentiles hasta que nosotros volvamos. Salen á socorrerlos; Simon, á la Galilea con tres mil hombres, y Judas y Jonatás, al pais de Galaad con ocho mil. Despues de esta importante advertencia, salieron, Simon para la Galilea, y Judas acompañado de su hermano Jonatás para el pais de Galaad. Simon, luego que llegó á la Galilea, fue á buscar los enemigos, y no se acobardó al ver su excesivo número, porque á imitacion de su hermano, á cuyo lado habia peleado hasta entonces, puso su confianza en la proteccion del Señor. Les acometió sin detenerse, les derrotó, les persiguió y les cargó con igual feliz suceso cuantas veces pudo alcanzarlos. Les fue persiguiendo hasta las puertas de Tolemaida, ciudad fuertísima de la Fenicia, les mató cerca de tres mil hombres y les tomó un rico botin. Recoge Simon los Judíos que habia en la Galilca y se vuelve á Jerusalen. No encontrando ya enemigos en campo raso, y no hallándose en estado de mantener en sujecion y respeto por largo tiempo con su pequeña tropa un terreno tan dilatado como era la Galilea; tanto menos cuanto todas las fortalezas estaban en poder de sus enemigos; se resolvió á juntar cuantos Israelitas habia en el pais y llevarlos á la Judea. Aqui se vió aqueIla prudencia que el anciano Matatías habia atribuido á su hijo Simon. Estos Israelitas en pequeño número no podian dejar de padecer mucho, y acaso perecer todos, en medio de una multitud de Galileos y Filisteos igualmente empeñados en perderlos. Por otra parte era grande la necesidad de repoblar la Judea casi desierta por las guerras y la huida de una gran parte de sus habitantes. Ademas con estas reliquias dispersas en la Galilea se fortificaba el centro de la pátria y se ponia en estado de reconquistar mas adelante las provincias usurpadas por los extrangeros. Por estos motivos llamó Simon cerca de su persona á todos los hijos de Jacob que estaban en la Galilea, principalmente en la ciudad de Arbats, donde se habrían reunido en mayor número para su defensa, como los de Galaad en Dateman para la suya, y tuvo el consuelo de hallarles prontos y dispuestos á seguirle. Luego vinieron con sus mugeres é hijos, sus ganados y cuanto podian traer, y se incorporaron con el victorioso ejército de Simon que les sirvió de escolta hasta ponerlos en las tierras mas cercanas á Jerusalen. Allí fueron recibidos como desterrados y hermanos que volvian á su pátria y al seno de sus familias, y nada se omitió para que gozasen del reposo en que se les habia establecido. Judas y Jorátas cargan á los enemigos que cercaban á Dateman y les matan en la huida cerca de ocho mil hombres. En este tiempo Judas, acompañado de su hermano Jonatás y puesto al frente de sus ocho mil hombres, hacía la guerra en Galaad y conseguia victorias en mayor número y mas ruidosas. Habia hecho pasar el Jordan á su ejército, y para ocultar su marcha á sus enemigos, tomó la vuelta por los desiertos de Arabia. Se adelantó mucho en tres dias sin ser descubierto, y entró en el pais de los Nabuteos, descendientes de Ismael. Estos le recibieron pacíficamente y le dieron noticia de cuanto habia pasado |