qué era, dice el texto sagrado, hermosa en extremo, de una belleza increible y aparecia á los ojos de todos graciosa y amable. Estér adornada principalmente con su virtud y modestia, fue presentada delante de Asuero el séptimo año de su reinado y luego la amó mas que á las otras mugeres. Estér halló tanta gracia y favor delante del Rey, que puso al momento la corona real sobre su cabeza y la declaró Reina en lugar de Vasti. La poligamia, ómatrimonio de un hombre con muchas mugeres á un tiempo, estaba en uso entre los Persas. El Rey se casaba con mas de una, pero entre ellas llevaba una sola el distintivo, los honores, el título y la corona de Reina, y el matrimonio de ésta se celebraba con gran solemnidad, al paso que ninguna se usaba en los de las otras, que solo llevaban el nombre de mugeres del Rey de segundo órden. Mandó luego el Rey que se preparase un banquete muy espléndido para celebrar el matrimonio y las bodas de Estér, y que se convidase á toda la corte y á todos los grandes del reino. El banquete fue sumamente magnífico como ordenado por el espléndido Asuero. Se celebró el matrimonio del Rey con Estér en medio de toda la grandeza del reino, y sus bodas con la pompa y magnificencia que correspondia á tal matrimonio. Asuero siempre y en todo magnífico, hizo al fin del banquete grandes regalos á todos los convi dados, y para que todos sus súbditos participasen de este gran regocijo, rebajó los tributos en todas las provincias de su vasto imperio. Fue Estér desde el primer momento de su matrimonio Reina poderosa, por que reinaba sobre el corazon de un Rey poderoso, pero ni este poder, ni el resplandor de la corona mas brillante de todo el oriente, hicieron mudanza en su senci llez, ni en la inocencia de sus costumbres. Igualmente humilde en palacio y en medio de una corte soberbia, que en la casa de su tio Mardoqueo, y entre las Israelitas de su edad, era su ocu pacion la lectura de los libros sagrados y la meditacion de la ley del Señor y dócil siempre á las instrucciones del sábio Mardoqueo, que la habia adoptado por hija, jamás dejó de mirarle y obe decerle como á su amado padre. -Mardoqueo descubre una conjuracion contra la vida del Rey y la avisa á là Reina Mas de tres años pasaron, continuando siempre Mardoqueo á las puertas de palacio, atraido de la ternura con que amaba á la Reina, y siempre á la vista de cuanto pudiera ocurrirla, cuando en el cuarto, que era ya el once del reinado de Asuero, se formó una conjuracion contra la vida del Rey, cuyo descubrimiento se debió únicamente á la vigilancia de Mardoqueo. Bagatan' y Tares, que mandaban la guardia de las puertas de palacio, se conjuraron contra Asuero para matarle: Felizmente lo penetrá Mardoqueo, quien dió inmediatamente aviso á la Reina, y ésta al Rey en nombre de Mardoqueo. Luego se hizo Juna averiguacion rigurosa de un caso tan grave y resultó ser cierta la conjura. Se prendió á los conjurados, y habiendo confesa do su crímen, fueron colgados en un patíbulo; yesta conjura y su castigol se lapuntaron en los anales ó historia de los sucesos del reinado de Asuero á la vista del Rey. Tambien Mardoqueo escribió todo este suceso con sus circunstancias para conservará su pueblo la memoria de un hecho bien considerable para toda la nacion, como iremos viendo en el curso de esta prodigiosa historia. Era muy puesto en razon que Asuero correspondiese á un servicio tan importante con la generosidad que pertenecia á un Monarca tan grande y tan magnífico, pero no fue asi. Ocupado de la seguridad de sí mismo, se contentó con hacer á Mardoqueo algunos presentes y dar órden de que no se apartára de palacio. Asi lo permitió el Señor, que dirigia con una providencia particular estos sucesos, reservando á Mardoqueo el premio correspondiente para tiempo mas importante; mas Asuero, al paso que trataba con tanta indiferencia al servi dor que tenia mas fiel en su reino, llenaba de riquezas y colmaba de honores al enemigo que tenia en él mas infiel y mas peligroso. - Amán, privado del Rey. Este era Amán, hijo de Amadati de la raza de Agag, originario de una de las provincias de Creso, Rey de Lidia y Escitia, cuyos habitantes se llamaban tambien Macedonios. Habia como ya hemos dicho fuertes guerras entre Creso y Ciro Rey de los Medos y sobrino de Asuero, á quien este Monarca, como tio y vecino sostenía en la guerra y hasta entraba en sus intereses, pues si Creso venciera á Ciro y tomára la Media, el vencedor victorioso acometería á la Persia. Se cree que Amán, tan hábil como perverso, fue en viado á la corte de Susa para conjurar contra la vida de Asuero. Lo cierto es, que ya tuvo parte en la conjuracion de los dos oficiales que denunció Mardoqueo, y que desde entonces aborrecia á Mardoqueo, á causa, dice el texto sagrado, de los eunucos (oficiales) del Rey que habian sido ajusticiados. Amán supo ganarse la voluntad de Asuero, y entró en su cariño tan íntimamente, que el Rey no solo le llenó de riquezas, empleos y honores, sino que Aman era quien lo podia todo en la corte. Los grandes de Persia, los Señores de Media y toda la nobleza de una y otra Monarquía... todos nada en la presencia de Amán. Su trono estaba colocado sobre los tronos de todos los Príncipes y solo se veía algun tanto mas elevado el del Rey. 1 eran - Adoracion à Amán. Mardoqueo se la niega. Cuando Aman se dejaba ver á las puertas de palacio todos se arrodillaban y adoraban á este dios de Asuero, por que asi lo habia mandado el mismo Monarca; solo Mardoqueo, ni se arrodillaba, ni le adoraba. Los cortesanos y el pueblo pasaron por todo, y como no conocian al Dios verdadero, miraron con indiferencia tener y adorar un dios mas entre los otros que adoraban; pero pero estor no iba con Mardoqueo. Su religion le mandaba sacrificar la vida antes que adorar otro dios que al Dios verdadero. ¿Por qué, le preguntaron los Gefes de la guardia de palacio, ¿por qué tu solo no cumples el mandato del Rey? (de arrodillarte y adorar á Amán) y como se lo preguntasen muchas veces, y Mardoqueo no les contestase, lo dijeron á Amán, quien habiendo visto por sus propios ojos que Mardoqueo no le doblaba la rodilla, ni le adoraba, entró en grande ira, y aprovechó la ocasion para llevar á cabo su proyecto de matar á Asuero y trasladar el imperio á los Macedonios. Por la fidelidad de Mardoqueo en evitar la muerte de Asuero, que maquinaban los dos oficiales, y por la firmeza singular que manifestaba el ser el único que no doblaba la rodilla, conoció Amán el carácter de toda su nacion, y que tendria en ella el tropiezo mas fuerte para conseguir su detestable intento. Asi es que tuvo, dice el sagrado texto, por cosa de nada estender sus manos contra solo Mardoqueo, y resolvió destruir toda la nacion de los Judios que habia en el reino de Asueró. Se echan, suertes para saber el dia en que se ha de exterminar á el pueblo Judio, Los Persas pretendian saber por las suertes el buen éxito de los sucesos, y Amán para dar este apoyo á la atrocidad que queria cometer, usó de las suertes, lo que no habría hecho por su voluntad, que era vengarse al momento, y mucho menos, si, hubiera previsto el término (inmenso para él) que señaló la suerte. El mes de Nisan primero del año judaico, el año duodécimo del reinado de Asuero, se echaron delante de Amán suertes en una urna para sar ber el dia y el mes en que debia ser entregada á la muerte la nacion judia, y salió el dia trece del mes Adar, que era el último del año. Esto debió desesperar á Amán, pero Dios, que gobierna las suertes en la urna, dispuso dar tiempo para impedir esta crueldad. Aman sin embargo de tener que esperar asi un año para la ejecucion, no perdió ni |