Gambar halaman
PDF
ePub

diversiones y placeres de su corte de Pérsia, se le rebeló Babilonia, que era tambien corte suya; y no hallándose con fuerzas bastantes para sujetarla, se valió de Darío, su aliado, que reinaba en la Media. Que Darío despues de muchas batallas tomó á Babilonia; y que para resarcirse de los gastos que habia hecho y pérdidas que habia sufrido; y acaso tambien para que no volviese á rebelarse, reinó sobre ella mas de ocho años, fijando en ella su corte. En este tiempo expidió Darío á favor del pueblo de Dios el precioso decreto que hemos referido. Retirado este Monarca á Ecbatanes, su corte de Media, volvió Artaxerxes á ocupar el trono de Babilonia; y tal es el tiempo en que, mudado el corazon de este en favor de Israel, por aquel Rey Omnipotente en cuya mano estan los corazones de todos los Reyes y todos los hombres, concedió á Esdras el magnífico decreto que vamos á referir, y mas adelante á Nehemías las cartas que tambien referirémos. He aqui el famoso decreto de Artaxerxes, concedido en su segundo reinado sobre Babilonia.

Decreto de Artaxerxes. Artaxerxes, Rey de Reyes, á Esdras Sacerdote y Escriba doctísimo de la ley del Dios del Cielo, salud. Ha sido decre tado por mí: que cualquiera del pueblo de Israel y de sus Sacerdotes y Levitas, que haya en mi reino, y quiera ir á Jerusalen, vaya contigo; porque de la presencia del Rey y de sus siete Consejeros eres enviado á visitar la Judea y á Jerusalen segun la ley de tu Dios, que tienes muy presente, y á llevar la plata y el oro que el Rey y sus Conse

:

jeros han ofrecido espontáneamente al Dios de Israel, cuyo Santuario está en Jerusalen; y toda la plata y el oro que el pueblo quisiere ofrecer en toda la provincia de Babilonia; y de los Sacerdotes lo que ellos ofreciesen espontáneamente para la casa de su Dios, reedificada en Jerusalen. Recíbelo libremente y cuida de comprar de ello becerros, carneros, corderos, hóstias y libaciones, y ofrece á tu Dios estas cosas sobre el altar del templo de Jerusalen; y si á ti yá tus hermanos pareciere hacer algun otro uso de la plata y oro que sobráre, hacedło segun la voluntad de vuestro Dios. Llevad tambien los vasos que el Rey y sus Consejeros y Grandes han ofrecido para el servicio de la casa de tu Dios, y ponlos en la presencia de Dios en Jerusalen, y tambien se dará del tesoro y fisco del Rey, y de lo mio, cuanto fuere necesario para la casa de tu Dios. Yo el Rey Artaxerxes he decretado y mando á todos los tesoreros del Erario público, que estais á la otra parte del rio: que cuanto os pidiere el Sacerdote Esdras, Escriba de la ley del Dios del Cielo, se lo deis sin tardanza hasta cien talentos de plata (mas de dos millones y medio), cien coros de trigo (quinientas fanegas) cien batos de vino (doscientas arrobas) y cien batos de aceite; y sal sin medida. Todo lo que pertenece al culto del Dios del Cielo, entréguese puntualmente en la casa del Dios del Cielo, no sea que se enoje contra el reino del Rey y de sus hijos. Os hacemos tambien saber, que no teneis potestad para imponer alcabala, tributo, ni otras cargas sobre los Sacerdotes, Levitas, Cantores, Porteros,

Natineos (aguadores y leñadores) y Ministros de la casa de este Dios. Y tu, Esdras, establece Jueces y Presidentes segun la sabiduría que tu Dios te ha dado, para que juzguen á todo el pueblo que está á la otra parte del rio, y que tienen noticia de la ley de tu Dios, y á los que no la tienen enseñadla libremente; y todo el que no cumpliere exactamente la ley de tu Dios, y la ley del Rey, será condenado, ó á muerte, ó á destierro, ó á una multa sobre sus bienes, ó á lo menos á cárcel. Has ta aqui el edicto del Rey Artaxerxes.

Un Rey de Israel, descendiente de los Patriarcas, y criado en su religion, apenas podría hablar con mas veneracion del Dios de la gloria, ni tra tar con mas respeto á su templo, ni con mas consideracion á sus Ministros, ni con mas benignidad á su pueblo. Esdras cuando recibió el edicto y le hubo leido, exclamó: ¡bendito sea el Señor Dios de nuestros padres, que puso todo esto en el corazon del Rey para ensalzar la casa del Señor, é inclinó hácia mí los ojos de su misericordia delante del Rey, de sus Consejeros y sus Poderosos!

Salida de Babilonia del resto de los cautivos y su viaje á Jerusalen. Esdras no dilató el aprovecharse de este edicto precioso. Convocó y reunió el pueblo del Señor que todavia habitaba en la tierra del cautiverio, aunque no ya como cautivo, sino como vasallo del Rey, y se fijó la partida para el dia primero del primer mes (primer dia de la luna de Marzo) del sétimo año de Artaxerxes en su segundo reinado de Babilonia. Despedido Esdras, por sí y á nombre del pueblo, del bondadoso Monarca, em

prendieron su viage el dia señalado. Llegaron á las márgenes del rio Ahava, y allí hicieron alto. Recontó Esdras por familias y generaciones todo el pueblo que se habia reunido y resultaron cerca de dos mil hombres, que con las mugeres y niños pasarían de cuatro mil. Intimé allí un ayuno, dice Esdras, para afligirnos delante del Señor nuestro Dios, y pedirle feliz viage para nosotros, nuestros hijos y familias y todos nuestros bienes; porque tuve vergüenza, añade, de pedir al Rey tropas que nos defendiesen de enemigos en el camino, puesto que habiámos dicho al Rey: la mano de nuestro Dios defiende á todos los que le buscan en bondad; y su imperio, fortaleza y furor cae sobre todos los que le abandonan. Ayunamos, pues, y rogamos á nuestro Dios para esto, y nos sucedió felizmente. Llamé despues á mì presencia doce Sacerdotes de las primeras familias y les entregué por peso la plata, el oro y los vasos que el Rey, sus Consejeros y Grandes habian ofrecido para ser consagrados á la casa de nuestro Dios; y ademas todos aquellos que se hallaron en Israel ofrecidos (por los que volvian á Judá); y puse en sus manos seiscientos y cincuenta talentos de plata (dos mil ciento treinta y dos arrobas) y cien vasos de plata. Cien talentos de oro (trescientas ochenta y cuatro arrobas) y veinte tazones de oro, que pesaban mil sueldos (diez libras) y dos vasos de bronce acica-> lado, y hermosos como el oro, y les dije: vosotros sois los santos del Señor, y santos son los vasos y la plata y el oro que espontáneamente ha sido ofrecido al Señor, Dios de nuestros padres; velad y guardadlo hasta que lo peseis en Jerusalen delante de los Príncipes de los Sacerdotes y Levitas, y de los Príncipes de las familias de Israel para ponerlo en el tesoro de la casa del Señor: y recibieron los Sacerdotes y Levitas la plata, el oro y los va sos para llevarlo á Jerusalen á la casa de nuestro Dios. Nos pusimos, pues, en camino desde el rio Ahava el dia doce del mes primero (doce dias despues de la salida de Babilonia) para ir á Jerusalen. La mano de nuestro Dios fue sobre nosotros y nos libró de manos de enemigos y de asechadores.

Llegada á Jerusalen. El dia primero del quinto mes (primer dia de la luna de Julio) llegamos á Jerusalen y descansamos tres dias. Cuatro meses justos duró este viaje, como habia durado el primero con la diferencia de algun otro dia. Nada faltó en el camino, ni hubo un solo fracaso en esta muchedumbre, compuesta en la mayor parte de ancianos, mugeresy niños, segun que era buena, dice el sagrado texto, la mano de su Dios sobre él, esto es, sobre Esdras y su pueblo. Des pues de los tres dias de descanso y de mútua alegría y regocijo entre los hermanos que llegaban á Jerusalen, y los que se hallaban en ella, pasó esta nueva porcion de hijos de Jacob á entregar el cuarto dia en la casa del Señor la plata, el oro y los vasos ofrecidos para servicio del culto, por mano de los Sacerdotes que se habian encargado de estas riquezas y preciosidades en las márgenes del Ahava, y todo se recibió á peso y cuenta por los tesoreros del santuario. Hecha esta entrega, ofrecieron holocaustos al Dios de Israel, con tanto ma

« SebelumnyaLanjutkan »